viernes, 20 de marzo de 2015

Nada, nada, nada.

Dormido entre la hierba ya soñaba con tus manos,
cuando bailaba entre las tumbas sentía tu mirada,
y aunque a mí no me crean percibía tu estado,
cuando bebí agua en el manantial te vi a mi lado.
Y a pesar de que me has visto en danzas paganas,
te acercaste, y me besaste.
Sacudiéndome me despertaste de la hipnosis,
nos largamos hacia el pantano.
Y es que de ti, ay no se nada, nada, nada, nada
y es que no puedo verte a los ojos
y es que te tengo mucho temor.

En la masacre de la aldea seguías a mi lado,
y me enseñaste arcoiris que tu habías creado,
me recostaste sobre el alba de mundos pasados,
y me enseñaste como cohabitar dentro de un árbol.